No pierde, pero tampoco gana. Esa ecuación es la que deja un sabor amargo, aun cuando como contra Deportivo Morón, San Martín saca a relucir su chapa de equipo grande en reducto ajeno, domina la mayor parte del trámite, genera situaciones y acumula méritos para “empardar” un resultado adverso y hasta para llevarse algo más.
Pero el “Santo” otra vez empató. Sigue invicto, pero también fuera de zona de reducido. Otra vez, como sucedió en su anterior excursión, ante All Boys, la mejora llegó desde el banco, con el equipo ya en desventaja. En particular por el ingreso de Sergio González, quien tuvo su bautismo de gol con la camiseta “albirroja” y clavó el 1-1 definitivo en el nuevo “Francisco Urbano”.
El equipo de Diego Cagna hizo un aceptable primer tiempo. El “Gallito” salió con muchas ínfulas, pero pronto se empezó a jugar más en su campo que en el de la visita. Mérito del “Santo” que copó el medio y tuvo a Gonzalo Rodríguez que hizo honor a su apodo: el “Turbo” estuvo encendido y enloqueció a su marcador.
Claudio Bieler, inquieto, pivoteaba y también avisaba: la más clara de esa primera etapa estuvo en los pies del exBelgrano, un zurdazo que tapó el arquero Milton Álvarez.
Sebastián Prediger era un león en el medio, no siempre bien acompañado por las apuestas de Cagna, en esos puestos en que había dudas en la previa: ni Walter Busse ni Nicolás Benegas inclinaron la balanza.
El domino de San Martín en la etapa inicial se extendió por media hora. Pero una vez más careció de profundidad. En otras palabras, le faltó cinco para el peso.
Sobre el cierre del primer tiempo, el “Santo” levantó el pie del acelerador. Fue un anticipo de lo que sobrevendría en el inicio del complemento. La visita no se había acomodado todavía cuando Gerardo Martínez hizo un golazo.
Como era lógico, la desventaja aceleró los cambios. Se fueron los inocuos Busse y Nico Benegas y entraron Franco Costa y González. Y el “Pampu” no falló un puñado de minutos después, cuando se filtró entre los centrales del anfitrión para coronar en gol otro gran desborde del “Turbo”.
El partido se hizo definitivamente de ida y vuelta. Arce pegó un manotazo salvador sobre la línea ante un cabezazo de Javier Rossi. El “Pampu” no acertó en otras dos, y Álvarez le tapó una media vuelta a quemarropa a Costa. Atrás, San Martín a veces se desprotegía, y arriba iba e iba, sin puntería.
O sea pudo ganarlo. Pudo perderlo. Otra vez lo empató, y ya no es sorpresa.